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A menudo las contradicciones dicen más de una persona que las afirmaciones categóricas que salen de su boca. Ahí reside la esencia de Gundermann del director Andreas Dresen, la premiada película con la que ayer se inauguró el Festival de Cine Alemán en Madrid y que permite al espectador acercarse a la Alemania comunista.
El director Andreas Dresen se centra en la vida del músico Gerhard Gundermann, una suerte de Bob Dylan local, al que la muerte le sorprendió sin avisar a los 43 años en 1998 y cuya historia sirve para entender ese régimen sin libertades en el que vivieron una parte de los alemanes hasta hace apenas 30 años (en noviembre). Y si eso suena muy viejuno, para entender dónde vivió una importante parte de su vida la mujer que todavía tiene las riendas de Europa, la canciller alemana Angela Merkel.
Parece que últimamente están de moda los biopics de músicos estrella, pero “Gundermann”, que también es un musical, carece de todo ese glamour y toda esa vida rutilante. El cantante trabajaba en una mina conduciendo una enorme excavadora y se negaba a dejar su trabajo para vivir de la música. Creía en los ideales del comunismo pero a la vez era también crítico con un sistema en el que sólo se podía prosperar si se contaba con las bendiciones del partido y en el que la temida policía secreta de la “Stasi”, (el Ministerio para la Seguridad del Estado), hizo aflorar toda esa paleta de grises que las personas esconden.
Gundermann, que no se caracterizaba por callarse lo que opinaba, perdió esa ingenuidad que toda la vida le acompañó cuando se dio cuenta de la dimensión de su colaboración con la “Stasi”. Espió para esa policía secreta que tantas vidas truncó y también fue espiado por ella.
Dresen, el autor de la aplaudida “En el séptimo cielo” (“Wolke 9”), apuesta por un protagonista de la clase trabajadora que no duda en definirse como un perdedor y al que interpreta magistralmente Alexander Scheer, que en la vida real también es cantante además de intérprete.
Este sábado hay una nueva oportunidad de ver Gunderman en el Festival de Cine Alemán, que hasta el próximo domingo ofrece una muestra del cine de ficción, documental y cortometraje que circula en las pantallas alemanas y que tan difícilmente llega a las nuestras.
Entre las propuestas no falta el thriller psicológico (“Nur Gott kann mich richten”/”Solo dios puede juzgarme”), el drama (“In My Room”) o los zombies de “Endzeit” (“El final de los tiempos”), una película creada, dirigida e interpretada por mujeres y que sólo por cómo desafía los clichés sobre los muertos vivientes ya merece la pena verla.
Etiquetado como: Bob Dylan, Andreas Dresen, Festival de cine Alemán, Gundermann, Angela Merkel, Stasi, El septimo cielo, Wolke 9, Alexander Scheer, Solo Dios Puede Juzgarme.
María Guerra 31 mayo, 2019
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