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agosto 31, 2019
Un gran Polanski por encima de su polémica
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agosto
2019

Como era de esperar, el director polaco no vino a Venecia para hablar del caso Polanski, la violación de una menor que cometió en Estados Unidos en 1977. Dejó su silla vacía en el Lido para que su película El Oficial y el Espía se defendiese por sí misma. Y lo ha hecho de forma grandiosa y sobria con la narración del caso Dreyfus, la condena amañada de alta traición al militar judío Alfred Dreyfus en 1894 y que desató en Francia una oleada de antisemitismo. El gran artista está muy por encima de la polémica, y no hay duda de que el Jurado, con la valiente y lucida Lucrecia Martel como presidenta, así lo juzgarán..

El Oficial y El Espía

El acierto principal de su película ha sido el enfoque centrado en el coronel Georges Picquart que interpreta Jean Dujardin, dando vida el militar que destapó el amaño de pruebas del ejército. Densa y compleja, El Oficial y El Espía pone en la pantalla toda la ira política y social que hoy recorre el mundo buscando enemigos a los que linchar.

Cuando estuvo en Madrid en 2006 presentado Oliver Twist, Polanski decía que su único objetivo actualmente es que algún espectador, solo alguno, saliese del cine pensando en la historia que ha visto, y no la olvide inmediatamente  mientras se zampa la pizza posterior. Evidentemente la película es compleja y va más allá de la vida del director -condenado y prófugo por violación, víctima del Holocausto y de la familia de Charles Manson que asesinó a su mujer Sharon Tate Tate en 1969- a quien es fácil identificarlo con la víctima Dreyfus. Desde luego, J´Acusse da para pensar, por eso, Polanski ha evitado las posturas fáciles. Obsesionado con la fidelidad a la historia, Polanski narra con extremada precisión el caso Dreyfus desde que Picquart descubre el tongo judicial.

Envuelta en una tupida niebla, con tomas largas y sin florituras, Polanski muestra la red de poder corrupto, pero ampliamente aceptado, que condenó injustamente a Dreyfus, y cómo fue desactivado por la integridad de un hombre de honor que arrastró en su causa a periodistas e intelectuales como Émile Zola, el autor del alegato Yo Acuso. El affair Dreyfus conmocionó a la sociedad francesa, exacerbando el antisemitismo pero también reforzando a la propia nación francesa y sus valores.

Con arranque moroso, desafiando al público impaciente, J´acusse tiene una obsesiva vocación de realismo. A pesar del porte de galán acortanado de Dujardin, Polanski le conduce por una senda turbia e incierta, alejada del héroe de una sola pieza que deja el regusto amargo de la ausencia de pureza. Polanski desentierra ahora a Dreyfus por él mismo y por todas las condenas injusta y los linchamientos en twitter de cada día.